Ayer me crucé con Santiago Segura al lado de la calle Alcalá.
Estaba rodando en uno de los estudios de LolaFilms lo que yo creo la segunda parte de "Isi/Disi", o eso o iba de freak con un traje azul al estilo de Austin Powers.
Cuando volví de aparcar para hacerme una foto con él ya estaba metido dentro del local, con lo que me quedé con cara de bobo, decepcionado y pensando en cómo cambiaría mi mundo si yo fuera o fuese famoso.
Quizá me quedaré con ganas de saberlo, pero no hace tanto tiempo un buen amigo me dijo "Tio, por qué no te presentas a modelo?" y lo cierto es que me eché a temblar.
Primeramente yo no valgo para modelo por ciertos requisitos que no cumplo y segundo porque es de sobra conocido mi pánico escénico.
Hace muchos años hice un cásting para aquella "Farmacia de Guardia" y aquí sigo sin ser famoso ni nada.
Ayer también tuve una cita (hacía tanto tiempo que no tenía citas) con un amigo que me hizo pensar y quedarme unplugged de todo durante una hora más o menos. "Quién nos manda a nosotros meternos en estos fregaos" es otra de las cosas que me dejó un buen rato absorto.
Quedarme pensando es una de las cosas que por suerte o desgracia hago con más frecuencia ya que, debido a mi trabajo, tampoco es tan fácil dejar de hacerlo.
Pensar está bien cuando piensas en positivo, y en alguno de esos pensamientos escavo en sueños o situaciones ya vividas con anterioridad. Eso sí que es bonito.
Sé que suena muy tópico, pero me acuerdo todos los días de casi toda la gente a la que conozco.
Hace algunos meses otro buen amigo me comentó que por mi aspecto (quizá) no parecía que fuera a ser de la forma en que soy.
Gran tema ese de la presencia, la primera impresión y todo eso.
A veces es tan importante querer dar una buena imagen de uno mismo que nos olvidamos de que en realidad lo que importa es lo que no se ve con los ojos.
Yo no puedo hablar demasiado de esto, pues soy de esos que intenta dar una buena imagen, pero pensando (de nuevo) que ese día creé una impresión desacertada y fallé en el intento y después me fue reconocido, pienso en cuántas veces ha pasado esto conmigo.
No es que importe demasiado, pero me deja en estado pensante el hecho de la importancia que he dado siempre a esto.
Y a veces no funciona.
En cualquier caso también me importa saber que en ocasiones he podido parecer peor persona y luego alguien me ha dado una segunda oportunidad y ha cambiado su opinión.
Es el caso de la tía que la otra mañana quiso ponerme una multa por aparcar en doble fila.
Estaba tan quemado por algunas cosas personales que le contesté de una forma bastante amenazante y chunga que "si quieres ponerme la multa a mi me toca los cojones, porque yo no la pago"...
Finalmente después de un diálogo mezcla cordial, mezcla chulesco (a ver cómo se come eso) obvió lo que le había dicho y aquí no ha pasado nada. Si en el fondo va a resultar que soy majo.
Llevo una semana de lo peor entre pitos, flautas (todo viene a ser lo mismo) y madrugones.
Pronto descansaré en paz, y no es que me vaya a morir, pero parece que poco a poco voy entrando en ese estado.
La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos en los que te quedas sin aliento.
Que tu sonrisa te acompañe siempre. Hasta luego...
miércoles
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1 comentario:
Como tengo escrito por ahí
"Es increible lo fuertes que son esos momentos tontos, una cosa que dura doce segundos y se graba profundamente para el resto de tu vida"
(lo dice el personaje de Xavier en "Las Muñecas Rusas)
Así que va a ser que si...
Un abrazoo tan grande como el corazón de Amelie! :-D
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