El de los ataques de sinceridad

Qué más se puede pedir cuando compartes un fin de semana con una persona que reúne todas las cualidades y valores que te gustan?
Sentido del humor, saber estar, orejas para escuchar, ironía, afección, y en definitiva ser un buen amigo. La respuesta es nada.

Pero vamos por partes...

El sábado empezó a eso de las 6 de la mañana después de haber dormido unas 3 horas sólamente.
Tras desayunar y enchufarme mi bolso de viaje en la chepa, salí de casa sin muchas ganas de visita a la Barcelona ni nada, pero pensé en lo bueno que iba a ser poder entretenerme y olvidarme un poco de todo.
Llegué a Barajas muy, muy pronto. En el stand de AirMadrid había un tio con un mal rollo de 3 pares poniendo verde a la chica que parecía no entender un pijo del idioma italiano. Mal servicio AirMadrid.
Me di una vuelta por las tiendas del aeropuerto y compré una botella de vodka Absolut con limón importado directamente de algún sitio con la intención de llevarle algo de regalo a Erik que le hiciese ilusión.
Al ratazo estaba subido en el cacharro aquel que vuela con un zumo y una bolsa de cacahuetes que me dieron, como un mono, vaya.
A mi llegada a El Prat pude ver a la primera persona que me acompañaría a lo largo de mi estancia por aquella city: Carlos, o Kvi, que había ido a buscarme con la intención de que no estuviera sólo nada más llegar, ya que el resto de los demás estaban en jornada laboral.
Llegamos a la estación de Sants y vimos de pasada a Erik currando en su bus turístico con su chaleco rojo y su vivacidad inconfundible.
Pero sería más tarde cuando nos encontraríamos con él.
Fuimos a la casa de Erik a dejar mi bolso en Metro que es un poco regular, y lo digo por ser generoso y desde el cariño porque sino diría que el Metro de Barcelona es bastante malo.
Como faltaba mucho rato hasta las 14:30, hora en la que habíamos quedado, pues Carlos decidió llevarme a ver algo de por allí y empezamos a subir el Paseo de Gracia aquel con sus coches, sus semáforos, sus tiendas y su falta de ruido, casi como en Gran Vía...
Nos volvemos a Plaza Cataluña, me encuentro con Erik al fin, dejamos a Kvi hasta la noche, nos vamos a sacar pasta para ir a comer cuando: "Anda, he perdido la cartera" pero con total tranquilidad y parsimonia, tal que yo me asombré.
Así dimos más vueltas por allí buscando el autobús donde se la había dejado que finalmente comimos a las 5 de la tarde y después nos fuimos a ver más sitios hablando de la gente, las canciones de Pheebs y algunas tonterías oportunas mientras caminábamos por la playa.
Habíamos quedado para la cena con Axel, Oriol, Kvi y Hawer así que corrimos a cambiarnos aunque finalmente llegamos tarde, en parte gracias a un cajero que se chupó los 40 euros de Erik.
La cena en Ginos fue muy variopinta con unas comidas raras, un camarero extranjero acatalanado y una camarera con bromas sin sentido que, según Kvi, sólo quería encajar:

- Quiero una pizza de pollo barbacoa. Pero es picante?
- Con picca!!! No, picca bromma!
- Queréis postre, café, vino... NO, NO.. vino bromma, vino bromma!!

Después de la cena fui medio convencido para visitar Salvation, una disco de aquellas con un material muy interesante aunque algo buitre rondando los cuerpos durante mucho tiempo hasta conseguir la carne que necesitan para sobrevivir por la noche. Todo un show.
Salimos de allí a las 4:30 de la madrugada con dirección casa de Hawer para ver el teletienda y sus productos chorras, hablar un poco y dormir.
Caí medio rendido en la cama entre conversaciones, había sido un palizón de día.

Con post-it de este tipo da gusto levantarse para descubrir el positivismo que reina por algunos sitios. Así es imposible venirse abajo.

Hawer y yo salimos de casa para encontrarnos con Erik en Plaza Cataluña a la hora de comer.

Como era el día de Sant Jordi aquello estaba (re)lleno de gente y mientras Hawer entró a comprar un libro, yo aproveché para hacer una llamadita importante y mandar un sms del que no obtuve respuesta alguna.
Llegó la hora de comer y fuimos hacia el McDonald's con Nano, y después a tomar café y a encontrarnos con Kvi, que estaba tan sumido en sus cosas que ni se enteraba de nada el tío:

Así llegamos de nuevo a la plaza y caminamos por La Rambla hasta el final a ritmo de procesión, ya que la multitud impedía acelerar la marcha...




...y yo me tenía que ir ya porque había quedado con un buen amigo al que tenía ganas de conocer in person:

Mini tour por Barcelona, un café, algunas confesiones y ganas de más, porque llegó enseguida la hora de irme con mis anfitriones que me esperaban para cenar en Burger King.
Sí, ha sido el finde del colesterol y la grasaza, pero importa exactamente una mierda cuando uno se lo pasa bien.





De camino a casa de Erik encontramos en el metro una rosa gigante:

A partir de aquí empezaría la noche del alcó, las confesiones, las risas, los sinceramientos y en definitiva esos buenos momentazos que son los que más valoro con un amigo como Erik.

Más de 5 horas, casi una botella de vodka y más de 40 cigarros corrieron aquella noche en la que acabé tan, tan malo que no recordaba una noche igual. Cuando uno no está acostumbrado a beber es lo que pasa.
A la mañana siguiente o las 3 horas después, una resaca increíble recorrió todo mi ser pero tuve tiempo de hacerme una foto antes de despedirme de él, que se tenía que ir a trabajar y no le vería después:

Había quedado otra vez con Juanma para pasar la mañana por la ciudad y ver las cosas que faltaba visitar como la Sagrada Familia entre otras.

Y es que es una vergüenza irse de allí sin ver aquel monumentazo:

Con él pase las últimas horas, en muy buena compañía, hablando mucho, contando chorradas que eso se da muy bien y caminando y tomando un poco del único sol que se dejó ver por esos días.
Al rato me llamó Erik diciendo que había dicho en el curro que estaba malo y que se iba para casa, así que se volvió a encontrar conmigo a las 2 en Sants, junto con Hawer para acompañarme al aeropuerto.
He sido tan bien tratado que no sé ni qué decir ni cómo agradecerlo, porque todo el mundo no se porta igual.
Juanma me acompañó hasta la estación, hice las presentaciones convenientes y hasta pronto tío, fue un placer conocerte.
De camino en bus a El Prat fui pensando en muchas cosas, en las pocas ganas que tenía de volver a Madrid tan pronto, un dolor de estómago increíble con ganas de echar todo, en lo bien que lo había pasado...


Allí comimos en Pan's & Company con ayuda de Hawer para descifrar aquellos menús en catalán y tan pronto como eso me estaba despidiendo de ellos, dándoles las gracias por todo, recibiendo un sms de Kvi deseándome buen viaje y montando en el cacharro durante una hora de vuelo pensativa, como siempre y llegada a la T4 siendo recibido por mis chicos de aquí:


Entre alegrías y anécdotas fuimos hacia el McDonald's de Atocha para pasar la tarde juntos, que había ganas de contar muchas cosas.
Allí desvaríos varios rompiendo papeles, hablando curiosidades como que un papel no se puede doblar más de 8 veces sobre sí mismo y después momentos ñoños, quinceañeros y de nuevo de abrazos, confesiones, un sms improvisado, una llamada esperada, un momento de alegría bastante comentado y después pena de que cada uno se tenía que largar hacia su casa. Vaya plan.










Y ahora hacia dónde va todo lo de este finde?


Que tu sonrisa te acompañe siempre. Hasta luego...