El del fin de semana turuleta

Tras un desastroso fin de semana anterior que probablemente recuerdas, este pintaba cuanto menos.. mejor.
Así el jueves llegaron a Erik y Santos a Madrid, y después de saludarnos con lágrimas en los dedos de tanta emoción, nos fuimos a tomar unos cafeses para acortar un poco mi jornada laboral. La tarde también pasó amena en compañía de unas historias que Santos contaba con total naturalidad, mientras el resto nos tronchábamos de risa en aquel bar que procuraré no volver a pisar porque no ponen aperitivos.
El viernes nos tocaba una anteriormente preparadísima sesión de cine.
Recogimos a Erik y nos dirigimos a Kinépolis para ver un pase de "Mr. and Mrs. Smith", en la que lo único que cabe destacar es... a ver, seguro que hay algo... bueno sí, casi desastrosa película y eso siendo benévolo, claro. Rematamos la noche cenando en Burger King, hablando de Port Aventura, sus logos y la camarera con gafas que lleva limpiando mesas 50 años en aquel local y que tanta gracia le hace a Jose. Una pena tener que largarnos pronto a casa porque al día siguiente tocaba currar, y pasar el día entero fuera de casa.
El sábado nos reunimos unos pocos en Warner, decididos a pasar el día y, todo sea dicho de paso, criticar los fallos del parque, que son muchos claro, pero es que Erik venía con ganas de meterse con Vekoma, y les tuvieron que pitar los oidos al menos una hora.
Lo más destacante: "Coaster Express" y su sencilla forma de destrozar espaldas.
El resto mejor que nunca. La atracción "Corta y pega con Scooby-Doo" rebautizada por los señores Erik y Santos me hizo morir de risa. Pero oye... y lo fresco que está uno dentro? Es que así da gusto esperar colas, montar y lo que haga falta. Que digan lo que quieran que a mi...
Rondas a turnos por casi todas las atracciones, con poquita gente, muchas críticas, muchas risas, muchos chistes de tinte negro sobre "Hotel Embrujado" y mucho derroche del buen rollo que ayer nos envolvió a todos.
En "Batman", un fatídico escupitajo hizo manchón en el pantalón de Jaime y es que no era para menos, porque tenemos la lengua muy larga y se nos pegaba a los diversos objetos distribuidos por el parque incluidos arneses, carteles y farolas, olvidando que algunas cosas saben a pies.
Desde aquí reivindico ya el "Club de fans de Harry Dunn".
La tarde pasaba y las iniciales 19.00 como hora prevista para irnos también pasaron, porque cuando uno se lo pasa tan bien, el resto no importa en absoluto y te sumerges en una especie de habitación en la que solo ves lo que hay y te olvidas del resto de cosas.
Mención especial a mi chicle pegado en pleno pantalón e imposible de despegar, y también por qué no una mención para Juancar por su casi amabilidad al ofrecerme unos pantalones de recambio pero negarse tras reparar en que servidor no usa ropa interior. Excusas baratas, claro.
La noche nos cayó de sorpresa y llegaron los momentos de las despedidas. Una pena que algunos viváis tan lejos de aquí. Pero repetiremos, muy pronto, aunque esta vez nos caguemos las patas abajo. Agarráos.
Jaime, Jose, Juancar, Erik, Santos, Ivan... GRACIAS. Ha sido inolvidable.
Mi mundo entero está cambiando... sube al carro que aún estás a tiempo.