Tras la espera de varios meses, llegó el ansiado día 17 de Junio de 2005. Día en el que íbamos a probar la nueva atracción de Warner Bros. Park: "La aventura de Scooby-Doo" (desacertado nombre, a mi juicio).
La cosa pintaba bien pues íbamos a encontrarnos con Fer, ese colega que es como el billete de 500€ porque sabes que existe, pero nunca ves, y ya había ganas de ver al capullo del nene que últimamente se lo pasa de ocio, véase en el Parque de Atracciones.
A la susodicha cita también venían María (esa peazo amiga-alegría-de-la-huerta de Fer) y Bea, la de siempre (la alegría-de-la-huerta de nosotros).
La primera vez que subes a la atracción es como: uouououooooooooohhhh... como mola todo, y claro, así es como acabas con 510 puntos. Pero después de haberte habituado a los escenarios, la música, la ambientación y las pistolas empiezan las guerrillas y los rencores:
-Yo he hecho más puntos
-Si, pero con trampas
-No, ese era tu padre, que así has salido tú
-Si, verdad. Pues ten cuidado con tu madre, que la vi el otro día sobándole mucho la barra al panadero
Y cosas parecidas.
El récord del día fue para Jose, con sus 1950 puntos. Medalla de plata para Fer con 1650 y de bronce para una servidora con 1530 puntos.
Lo mejor del día, sin duda alguna fueron las maravillosas vistas que tuvimos por doquier, culminantes cumbres de músculos, maravillosos paisajes de abdominales y fantásticas tematizaciones de bíceps, todo ello acompañado por los comentarios del grupo, el resto es historia.
Por supuesto no faltó el cachondeo y la situación anecdótica del día de la mano del señor Fernando:
Todo parecía normal, estábamos saliendo de la ride cuando vemos que Scooby y Shaggy están dispuestos a hacerse fotos con los visitantes... y a qué precio.
Como Fer es ferviente fan del gran danés, pues pidió foto y tan ricamente. La cosa cambió cuando le tocó el turno al amo de Scooby.
Lo que en principio pareció una inocente foto se convirtió en una escena de pasión y sexo desenfrenado pues Shaggy comenzó literalmente a magrear a Fer, que por su cara se notaba rápidamente que no estaba disfrutando del proceso de sobamiento, y parecía decir:
-María, cojones, haz la foto cagando leches!!!
Todo esto con sólo mirarle. No debió pensar lo mismo Shaggy, pues probablemente dio por hecho que si Fer era amigo del perro, también él quería serlo suyo. Seguro que es por la canción esa de que los amigos de mis amigas son mis amigos que comenzó a creerse el derecho de poder hacer examen de reconocimiento a nuestro colega, que por momentos comenzó a tornarse rojo.
Gracias a Dios que no estaban por allí los de la plataforma anti-gays, que si no hubiera visto mi vida peligrar por momentos.
A pesar de todo esto, la cosa acabó bien y pudimos decir aquello de:
- A ver cuando quedamos para cenar, comer, salir...
De vuelta a casa, que hay que quedar para tomar una cerveza rápida y corriendo a la cama, que hay sueño.
8:00 de la mañana, 3 cervezas, una de ellas con limón, pedo colosal proporcional a 2 botellas de whiskey, calentón constante...
no vuelvo a salir.
sábado
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